La tuqueca es la lagartija más calumniada por los cesarenses quienes
alegan que sus patas al entrar en contacto con la piel queman y dejan marcas,
se enamoran de una persona y duermen en su almohada por su olor, son venenosas,
entre otras creencias sobre la supuesta peligrosidad de esta especie.
Este reptil de acuerdo con el ambientalista Tomás Dario Gutiérrez
Hinojosa, brinda numerosos beneficios para el mantenimiento de la limpieza de
los hogares cesarenses y la salud de los ciudadanos debido a que el geco,
comúnmente llamado por la población como ‘tuqueca’ se alimenta de moscas,
arañas, insectos, chinches, cucarachas y cualquier tipo de invertebrado que
este a su alcance.
Gracias a que la tuqueca tiene esta dieta las casas donde habitan se
mantienen limpias de ‘bichos’ que pueden producir afectaciones en la salud como
en el caso del chinche, que puede causar la propagación de la lepra, fiebre Q,
leishmaniosis cutánea, brucelosis, entre otras.